Juantxu Olano, el bajista de Platero y tú y La Gripe, es todo corazón

Me he quedado bastante flipao con las tres intervenciones de Juantxu en el canal de YouTube «juancaraes». Pese a lo que ha significado Platero para mí, sabía poco del mítico bajista y, gracias a Juan Carlos, he conocido algo del que, bien seguro, era gran parte del corazón del grupo.

Juan Carlos Ramos es un periodista que ya lleva unos cuantos años dejándonos bastante alucinados a los fanáticos de Extremoduro con unos curros de investigación y, posteriormente, de producción de vídeos para su canal que hacen las delicias de aquellos a los que nos encantan los detalles y saber, cuanto más, mejor, de la banda de Robe.

Yo siempre he sido fanático de Extremoduro, aunque, por desgracia, llegué un poco tarde. Al igual que Juantxu, los primeros discos son los que más me gustan, y cuando salieron yo era un crío.

Con Platero me pasó más de lo mismo… o peor. Su último concierto fue en 2001, cuando yo era un adolescente, por lo que nunca pude verlos en directo.

Extremo y Platero eran, principalmente, los dos grupos de rock nacional «en activo» que me gustaron durante la adolescencia y la más tierna juventud. Bueno, y Rosendo y Los Enemigos, pero no en la misma medida. A mis amigos les gustaban también otros grupos, como El Último Ke Zierre, Reincidentes, Hamlet, Boikot, Soziedad Alkoholika… no era mi caso. Iba al Viñarock y al Extremúsica, pero no los disfrutaba tanto como ellos.

Durante los primeros años de universidad (deduzco que estudié lo mismo y en el mismo sitio que Juan Carlos), Extremo estaba en uno de sus largos parones y recuerdo, con mi colega Cuñarro, otro fanático de los primeros tiempos del grupo, llegar de fiesta y ponernos a mandarles mails para que salieran de gira de una puta vez.

También recuerdo con bastante nitidez una entrevista de Fito en la radio, poco después de que se anunciara la disolución definitiva de la banda. Básicamente, Fito le decía al presentador que estaba hasta los huevos ya de tanta historia con la disolución. Incluso, en algún momento, creo recordar que se había emocionado un poco. Este es un tema que luego recuperaré, pero yo estaba cabreado de cojones. Pensaba… «coño, qué putada, en un momento tan bueno de la banda y yo al borde de poder irme de fiesta, este cabrón disuelve el grupo».

Me pasé varios años cabreado con Fito, y con ese sinsentido adolescente de criticar todo lo que hacía, calificándolo de demasiado blando, comercial y «vendido». Este último era un adjetivo que utilizábamos mucho por aquella época. Aquello que entendíamos «comercial» era, por necesidad, venderse.

Con el tiempo, todo esto cambió. De hecho, hay temas de Fito en solitario que también se han convertido en parte de mi vida, banda sonora de vivencias personales, aunque estoy bastante seguro de que, en mi caso, yo he sido seguidor de lo que ha hecho debido Platero (algo similar me pasa con Robe).

En definitiva, siempre había interpretado la separación de Platero como algo inevitable, por lo que se podía leer entre líneas de lo que decía Fito. Hay una parte de curiosidad (sana, creo yo) que siempre ha estado ahí, preguntándome qué paso exactamente.

Entiendo que hay partes de la historia, personales, que no tienen por qué saberse nunca; y también que hay otras que no sé muy bien por qué nunca se han hablado con claridad. Hubiese sido un gesto de cariño hacia todas esas personas que compramos los discos, los seguidores que fueron a sus conciertos, que hicieron de sus canciones parte de su vida… en definitiva, que hicieron posible que Platero funcionara.

Evidentemente, el primer mérito lo tiene el grupo, que es el que pone esa maravillosa música en la calle; pero sin el reconocimiento, es difícil salir adelante. Cuántos grandes músicos han tenido que dedicarse a otras cosas precisamente porque les faltaba esta parte del trato.

Tanto Fito como Robe, e incluso Iñaki, han sido muy reservados a la hora de hablar sobre momentos que, entiendo, son delicados, como las separaciones o las diferencias entre miembros del grupo; algo que Juantxu, sin embargo, ha sabido explicar con mucha claridad, sin, a su vez, desvelar temas personales o de salseo, ciertamente innecesarios.

Declaraciones como las que nos ha dejado Juantxu en estas tres intervenciones en el canal de Juan Carlos son, precisamente, lo que creo que muchos seguidores hemos echado en falta a lo largo de estos años. Pero detengámonos brevemente en el primero de ellos.

El día que Platero conoció a Extremoduro

El primero de los vídeos lo vi hace cosa de un año, es el capítulo 29 de la Historia de Extremoduro que está llevando a cabo Juan Carlos, y se titula: «El día que Platero y tú conoció a Extremoduro… by Juantxu Olano».

Os lo dejo a continuación:

La verdad es que este vídeo me pilló con la guardia baja y me dejó muy flipao. Ahora lo he vuelto a ver para escribir el artículo y, la verdad, no me extraña el impacto y el número de visualizaciones que está teniendo.

La entrevista dura unos cuarenta minutos y es ciertamente recomendable si todavía no la habéis visto.

Juantxu empieza muy fuerte, también porque le dicen que Platero es un grupo al que mucha gente le gustaría ver de nuevo. El propio bajista dice que esto es decisión de Fito que, si por él fuera, la despedida ya se habría producido hace años.

Aquí empieza a tratarse uno de esos temas tan interesantes y del que tan poco se habló en su momento, la abrupta ruptura.

Tampoco quiero hacer un resumen del vídeo, por lo que voy a resaltar dos temas de los que Juantxu habla posteriormente en relación a esto: el pago del traspaso de Robe por Iñaki y la abrupta ruptura de Fito con el grupo a través de una revista que vestía en su portada a mujeres en bikini.

La última parte, sinceramente, me ha resultado un poco jodida de oír. Tal cual lo explica Juantxu, que tiene pinta de ser un tipo bastante transparente, lo que hizo Fito estuvo feo. Yo entiendo que es fruto de unas circunstancias que nunca llegaremos a entender por completo, y que seguro que Fito tiene una versión al respecto (que probablemente no vaya a dar), pero, básicamente, como explica Juantxu, Fito dejó abierto Platero mientras veía si el proyecto en solitario funcionaba y, llegado un momento, el propio Juantxu se enteró de la disolución de su grupo por una revista que, además, no era el canal a través del cual el grupo solía comunicarse con sus fans, sino a través de su propia web o de canales afines. Cuando Juantxu entra en la web y escribe que no tiene ni idea de esto que publica la revista en cuestión, le quitan el acceso y se produce el silencio.

Cierto es que Iñaki ya se alternaba con Extremoduro un año sí y otro no, con traspaso de un millón de pesetas a cada uno de los miembros de Platero de por medio (otra de las anécdotas cojonudas que cuenta Juantxu y de la que nadie tenía ni idea), y que el propio Olano dice, por ejemplo en el viaje a Cuba, que ya se respiraba un aire un poco viciado en algunos aspectos; pero esto no quita que pudieran sentarse, decidir separarse, hacer unos conciertos de despedida y aquí paz y después gloria.

También es cierto, y esto es algo que pasa en bastantes grupos y que el propio Juantxu resalta (no sé si en este u otro de los vídeos que mencionaré posteriormente), que Fito e Iñaki escribían la gran mayoría de canciones. Desde mi humilde punto de vista, esto no es motivo para tomar decisiones, que afectan a cuatro personas de manera sustancial en sus vidas, de una forma tan opaca.

En fin, todos cometemos errores. Tampoco es una cuestión de lapidar ahora a Fito por algo que sucedió hace más de veinte años.

Además de esto, Juantxu nos cuenta toda clase de anécdotas divertidas, haciendo uso de una memoria, ciertamente, impresionante; algo de lo que se enorgullece. Nada tiene desperdicio en este vídeo. El paisaje bucólico que rodea a Juantxu, sus animales, su sonrisa incombustible, una coherencia de pensamiento que, como veremos luego, caracteriza su forma de ver el mundo…

Recuerdo, cuando vi el vídeo por primera vez, haberme quedado un rato pensando y sentir como si algunas piezas encajaran en mi cabeza. Cuánto tiempo hacía que no escuchaba a Platero…

Charlas de Navidad

En segundo y tercer vídeo en los que aparece Juantxu corresponden a directos, que posteriormente Juan Carlos ha subido al canal despiezados. Dado que los dos rondan las dos horas y media, no me voy a detener tanto como con el anterior.

Aquí os los dejo:

Juantxu nos cuenta de todo en estos vídeos, historias con toda clase de detalles interesantes, de anécdotas y de cuestiones que, a los más fanáticos de Platero y Extremo, nos encantan.

Como decía previamente, tanto Fito como Robe han sido siempre muy celosos de su intimidad, y de estas cuestiones que, a mi parecer, también tienen que ver con los seguidores y no tanto con sus vidas privadas. Por supuesto, el argumento de «ahí tienes mi música, eso es todo lo que tengo que decir» es de los que mejor funcionan, pues hay una buena cantidad de músicos a los que admiro que, en el momento en el que han abierto la boca, han soltado perlas difíciles de olvidar.

También está muy bien para delimitar la intencionalidad del periodista. No hay más que ver cómo han evolucionado las ruedas de prensa del Robe, que ya no tiene que cagarse en la puta madre de nadie porque todo el mundo le tiene bastante respeto y se informa razonablemente antes de preguntar.

En cualquier caso, pese a que mi principal interés a la hora de escuchar las intervenciones de Juantxu no han sido las partes que pueden considerarse salseo, no cabe duda que hay cuestiones muy curiosas que han llamado la atención.

Hay decenas de anécdotas en estas cinco horas, como os podéis imaginar, y creo que, de nuevo, no tiene desperdicio ni un minuto. Juantxu es un tipo superameno, claro, conciso y directo. No se anda con mierdas de ningún tipo, ni tampoco con filtros. Como reza el titular, a mí me ha parecido todo corazón.

También es cierto que, al estar tan de acuerdo con muchas de las cosas que dice Olano, y que a mí me parecen de sentido común, existe una confluencia inevitable, y una falta de objetividad evidente.

Con las declaraciones de Juantxu siento una cercanía que no he sentido nunca con Fito o con Robe, aunque quizás sí con algunas declaraciones de Iñaki.

Por último, solo quiero mencionar la curiosa y respetuosa, pero también directa y cristalina descripción que hace de Polako, que fue road manager de Platero y que se ha convertido en el manager de Fito, el que lo lleva acompañando desde hace más de veinticinco años. Además, Juantxu lo adereza con una anécdota en la que Polako ni siquiera se preocupó de reservar una plaza de aparcamiento para él en uno de los conciertos de Platero, pero es mejor que la escuchéis vosotros mismos.

Entre amigos y conocidos siempre hemos hablado de Polako como un ser bastante oscuro, de hecho, creo que todavía existe algún hilo en foros de rocanroleo sobre él, de hace ya unos cuantos años, cuando Fito comenzaba sus andadas en solitario. Cada vez que aparecía en algún documental, entrevista, concierto o similar, nos preguntábamos qué cojones veía Fito en este hombre para confiarle un trabajo tan delicado e importante en la vida de un artista.

En fin, me gustaría terminar el artículo remitiéndoos a los vídeos que, de verdad, no tienen desperdicio; y discrepando abiertamente sobre una de las cuestiones que trata Juantxu, muy convencido, en la entrevista. Lo siento, pero no puedo estar más en desacuerdo sobre la rotunda afirmación de que el rock ya se está muriendo.

Es posible que este maravilloso género (de géneros) no vuelva a tener la repercusión que tuvo en los 60, 70, 80 o 90, y que se convierta definitivamente en una música de minorías, pero nunca morirá. El negocio de guitarras a nivel local ya no es lo que era porque los tiempos han cambiado, y mucho; pero no hay más que ver la bonanza de grandes empresas alemanas, y también de algunas nacionales; y a todos esos chavales jóvenes con una guitarra entre las manos en redes sociales, para tener esperanza. Todavía queda mucho rock and roll.

«Ya no existe la vida

Solo hay gente en la calle

Que camina deprisa

Y ya no habla con nadie, con nadie

Con nadie, con nadie, con nadie.»

Unos me llaman Keyser, otros Soze.
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