Durante las últimas dos semanas habíamos leído de todo sobre la heredera de Dark, 1899, pero lo cierto es que, una vez terminada la primera temporada de la serie, estamos muy satisfechos con la experiencia de visionado.
Con Dark habíamos terminado la aventura con un sabor agridulce. Es incuestionables que hay momentos memorables en la serie, una trama muy trabajada y un buen puñado de giros inesperados; aunque, desde nuestro punto de vista, también un poco de paja y, a veces, demasiadas vueltas.
En definitiva, esperábamos con ansia la nueva obra de Baran bo Odar y Jantje Friese, con la esperanza de que nos trajera tan buenos momentos como su predecesora, y también menos trabalenguas audiovisuales.
Y lo cierto es que ha cumplido con creces. De hecho, pese a que la impronta de sus creadores sigue muy presente y no es, para nada, una serie previsible, el resultado, en nuestra opinión, es más que satisfactorio. Te engancha, es (hasta cierto punto) verosímil y las actuaciones están muy por encima de lo que nos tienen acostumbrados las series más recientes.
De hecho, un elenco de varios países, que habla en sus respectivos idiomas, nos obliga a verla en versión original y disfrutar de una excelente actuación por parte de nuestro representante español, Miguel Bernardeau.
Poco más que decir sin entrar en spoilers. Solo una recomendación, cuando la terminéis, echad un vistazo al «así se hizo» que nos regala Netflix para flipar bastante con la nueva tecnología que promete acabar con el croma en las supreproducciones: el sistema «LED Volume». Además, podréis ver cómo Bernardeau se defiende mucho mejor en inglés de lo que lo hace su personaje en 1899.
¡A disfrutarla, frikis!