El domingo 18 de junio de 1967 se celebró el tercer y último día de uno de los festivales de música más emblemáticos de la época hippie (salvando, por supuesto, Woodstock y el infame Altamont Speedway Free Festival): el Monterey International Pop Festival.
No hay más que ver el cartel del mismo para que, aquellos que amamos la música de aquella época, babeemos como infantes:
El domingo era el día de, nada menos, The Who, Buffalo Springfield, Grateful Dead y Janis Joplin. Pero inmediatamente antes de que los Who subieran al escenario, un guitarrista relativamente desconocido, de tan solo 24 años, ofreció un festín visual y sonoro que se ha convertido en una actuación mítica. Jimi Hendrix incendia, literalmente, el mundo de la música.
Aunque cueste creerlo al ver el vídeo, en aquel entonces prácticamente nadie había oído hablar de Jimi Hendrix, ni en Estados Unidos ni en ninguna otra parte del mundo (aunque, en Inglaterra, algunos melómanos ya empezaban a admirarlo). Cuando Jimi salió al escenario, dejó tras de sí mucho más que una guitarra humeante. Fue en Monterey donde dio sus primeros pasos como leyenda inmortal. De hecho, la imagen de Hendrix que perdura hasta el día de hoy tiene mucho que ver con ese jovenzuelo arrodillado frente a su guitarra, invocando a los dioses con sus dedos mágicos.
Es difícil concebir un mundo musical sin Jimi. Incluso resulta complicado imaginarse una evolución del rock sin él. Esto no quiere decir que no hubiera otros grandes guitarristas en aquella época, que también han marcado un antes y un después, y se han convertido en maestros, lo quieran o no, de innumerables artistas. Pero con Hendrix la guitarra eléctrica alcanzó otro nivel, uno en el que el instrumento parecía tener un poder ilimitado.
Pues bien, aquella preciosa guitarra, con dibujos muy hippies y psiquedélicos, se convirtió, junto a Jimi, en un mito. Fender sabía perfectamente que innumerables fanáticos en todo el mundo estarían dispuestos a pagar un buen dinero por una réplica de calidad de aquella Stratocaster, y aquí es donde entra en juego Pamelina Hovnatanian, conocida profesionalmente como «Pamelina H.«. Hovnatanian es una artista decoradora de guitarras que ha trabajado en muchas exhibiciones para la Custom Shop de Fender y, en 1997, la empresa le asignó la tarea de producir un diseño para una Fender Stratocaster que celebrara el trigésimo aniversario de la aparición de Jimi Hendrix en el Monterey Pop Festival. Como en el caso de la original, se trataría de su Red Strat Fiesta pintada a mano.
En entrevistas posteriores, Pamelina afirmó que: “La única referencia que tenía al alcance era un video del concierto que me dieron en formato VHS y que reproducía frame a frame”. Probablemente, el mismo que podéis ver más arriba en YouTube.
Además, curiosamente, Hovnatanian había asistido al espectáculo con su madre cuando tenía solo siete años, aunque esto no le iba a servir de mucho a la hora de reproducir los dibujos de la guitarra de Jimi. En cualquier caso, Fender le encomendó la tarea de producir una obra de arte pintada a mano que «evocara, en lugar de reproducir» la obra original del guitarrista. Vamos, que le facilitaron considerablemente la tarea, pues hacer una copia exacta era prácticamente imposible.
Su diseño refinó los ramilletes psiquedélicos de la guitarra de Hendrix e incorporó peculiares características originales, como el pase entre bastidores sobre el cuerpo de la guitarra, y se incluyó otro pase de backstage laminado a juego con cada una de las 210 guitarras producidas para esta edición limitada.
La guitarra original de Hendrix era un modelo de 1965, construida durante la adquisición de Fender por parte de CBS, y se construyó exactamente igual, incluyendo el logotipo de transición a la época CBS. El diseño final fue aprobado por Janie Hendrix, hermana del guitarrista.
La guitarra se fabricó con un cuerpo de aliso, un mástil de arce en forma de «C» con tamaño y radio de trastes de estilo vintage y tres pastillas individuales, también de estilo vintage. Además, en su venta original, venía con una funda de cuero blanco con flecos, incluida dentro de un estuche rígido. El paquete de edición limitada también incluía una correa del mismo estilo que la funda, una tapa de puente de estilo vintage, un pase de backstage y una carpeta de metal y cuero que contenía el COA de Fender Custom Shop, además de una fotografía de 8 x 10 pulgadas (20,32 x 25,4 centímetros) de Hendrix tocando el instrumento original. Estas reproducciones personalizadas son, en la actualidad, uno de los modelos de producción limitada de Fender más deseados que existen, y pueden rondar los 40.000 euros en el mercado de segunda mano, aunque este es un precio variable y, bien seguro, seguirá aumentando con el tiempo debido a su exclusividad, y a que Fender no ha vuelto a hacer ninguna guitarra como esta.
Una «Monterrey Pop Strat», como se la conoce popularmente, es muy difícil de encontrar a la venta, y no debemos confundirla con el lanzamiento de una serie mexicana que Fender llamó «Jimi Hendrix Monterey Stratocaster«.
Versión mexicana de la guitarra de Fender
El precio de la edición limitada americana fue de 6.999 dólares. Fender hizo el anuncio formal de la Monterey en julio de 1996, pero ninguno de los 210 instrumentos estuvo disponible para su venta hasta el año siguiente.
Antes de hablar de las apariciones «recientes» más destacadas con este gran instrumento, cabe destacar que, durante su actuación en el Monterey Pop Festival, Hendrix también tocó una Stratocaster negra de mediados de la década de 1960, que a menudo se ve en las fotos y vídeos de la actuación. De hecho, el famoso youtuber y guitarrista Paul Davids fue protagonista de una polémica debido a que, en uno de sus vídeos (que terminó retirando de su canal), afirmaba que había tenido el lujo de tocar esta histórica pieza… y algunos expertos no estuvieron de acuerdo con su autenticidad.
Volviendo a la Monterey de la Custom Shop de Fender, otro de los grandes guitarristas de nuestro tiempo que ha relanzado la popularidad de esta guitarra es John Mayer, quien comenzó a usarla a a finales de 2003. Una de las primeras apariciones del artista con ella fue el 30 de diciembre de 2003, en el Late Night With Conan O’Brien, cuando tocó un set con Buddy Guy y Double Trouble, la banda que acompañaba a Stevie Ray Vaughan. Posteriormente, la usó en la 46.ª entrega anual de los premios Grammy, el 6 de febrero de 2004, y en varias fechas durante la gira de ese año presentando su álbum Heavier Things, así como en otras muchas ocasiones durante la era del John Mayer Trio y en conciertos y actuaciones posteriores. Para muestra un botón: os incrustamos un vídeo de su excelente interpretación en directo de «Slow dancing in a burning room» (Where the Light Is, Live in L.A., 2007) con esta maravillosa guitarra.
El ejemplar de John, en particular, es en su mayoría original, pero se le hicieron algunas modificaciones. Según el propio Mayer, «tiene el mástil hecho a medida con un diapasón de palisandro brasileño y el fondo lijado». Se rumorea que John posee más de una Monterey Stratocaster, pero el guitarrista nunca lo ha confirmado.
En definitiva, Jimi, como en tantos otros aspectos de su vida musical, creó tendencia y convirtió a esta Stratocaster en una de las guitarras más codiciadas por músicos y coleccionistas. Tanto que, en la actualidad, luthieres y marcas como Vintage ya han sacado al mercado todo tipo de réplicas, aunque probablemente ninguna, ni siquiera la Fender americana, albergue la esencia de la Stratocaster que quemó Hendrix en el Monterey International Pop Festival del 67.